Científicos descubrieron una reducción del 50% del ruido sísmico generado por la actividad humana como consecuencia de las medidas de confinamiento
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La pandemia generó una gran cantidad de cambios en el mundo, a nivel social, sanitario y económico. Pero eso no es todo: también trajo silencio. El más prolongado y relevante del que haya registro en la historia de la humanidad, según un estudio realizado por 66 investigadores de diferentes partes del mundo y que se publicó en la revista científica Science.
La actividad humana provoca vibraciones que se propagan al suelo como ondas sísmicas de alta frecuencia. Las medidas para mitigar la pandemia de Covid-19 causaron cambios generalizados en la actividad humana, lo que llevó a una reducción de hasta un 50% en el ruido sísmico durante meses.
El ruido sísmico, o vibraciones de la tierra, se suele asociar a los terremotos. Sin embargo, estos las vibraciones en la corteza terrestre, denominadas como ruido sísmico, no sólo son ocasionadas por terremotos. También inciden los movimientos de los mares, cambios en la presión atmosférica, entre otras cuestiones. Y los humanos son la tercera fuente más grande de ruido sísmico.
Los investigadores utilizaron datos recopilados de 268 estaciones de monitoreo sísmico en todo el mundo. Estos dispositivos incluyeron sismógrafos técnicos en instituciones académicas, así como Raspberry Shakes, que son sismógrafos utilizados por aficionados. Con esos instrumentos evaluaron los efectos de los bloqueos por Covid-19 en el ruido ambiente sísmico de alta frecuencia (hiFSAN), es decir entre 4–14 Hz.
La reducción más fuerte de hiFSAN ocurre en entornos poblados. En una estación sísmica permanente en Sri Lanka, se registró una reducción del 50% en esta métrica después del bloqueo, la más importante que se observara en los datos disponibles de esa estación desde al menos julio de 2013. En Bruselas, Bélgica registraron una caída del 33%.
Las zonas marcadas en rojo son aquellas donde se vieron cambios en los ruidos sísmicos tras las medidas de restricción implementadas. Los lugares marcados en azul son aquellos donde no se vieron cambios en ese sentido.
En Central Park, Nueva , el ruido fue un 10% más bajo durante el cierre en comparación con momentos anteriores. Y Beijing aún no ha alcanzado el nivel promedio de hiFSAN de años anteriores, lo que sugiere que el impacto de Covid-19 todavía está restringiendo el ruido antropogénico allí.
En Barbados, en el Caribe, donde se redujo la circulación en gran parte por la disminución el turismo, el ruido disminuyó un 45% después del cierre implementado el 28 de marzo de 2020, hasta abril de 2020 y se mantuvo un 50% por debajo de los niveles observados en años anteriores durante el mismo período.
La disminución del ruido humano les dio a los científicos la oportunidad de escuchar el funcionamiento interno de la Tierra con mayor precisión y menores interferencias. Lo cual puede resultar de utilidad para afinar la identificación de terremotos. Con la información recopilada los científicos consiguieron más información de referencia para poder analizar y comprender mejor la actividad humana y la sismología.
Con informacion de> www.infobae.com