OPINIÓN | TEXTO IRREVERENTE | Por Andrés Timoteo | 12.XI.2020 |
Otra vez la realidad agarró a bofetadas al gobernante estatal en turno Cuitláhuac García y le estropeó la engañifa de que la inseguridad está bajo control y que los grupos criminales están diezmados al grado de que ya no se les puede llamar “carteles” pues son meras pandillas. No es cierto y el asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín confirmó todo lo contrario: el crimen organizado impera en Veracruz, se da el lujo de hacerlo a cualquier hora, contra cualquier persona y con plena impunidad.
Es el segundo asesinato de un edil en funciones en la era cuitlahuista. El año pasado, en abril, otra mujer presidenta municipal, Maricela Vallejo Orea de Mixtla de Altamirano, también fue muerta en un ataque sicarial. Al igual que Ríos Delfín, la edil mixtleca enfrentaba conflictos internos en su ayuntamiento con el manoseo de palacio de gobierno y sus aliados que la presionaban para que dejara el cargo.
Hay similitudes delicadas en los casos de Jamapa y Mixtla de Altamirano, aunque eso no signifique que los móviles de ambos crímenes sean los mismos. Y, vaya, como siempre sucede en estos entuertos oscuros, otra vez apareció el nombre del rupestre secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, en el tinglado de presiones y acoso hacia la alcaldesa asesinada ayer.
“Sí temo por mi familia, mis hijos los debo tener resguardados, no tengo el respaldo de la policía municipal, no tienen un arma – se las quitó el gobierno estatal-. Yo ando sola, el tema está complicado, yo me dirigí a hablar con el secretario de Gobierno y me arrepiento enormemente (de hacerlo) por la manera en que me trató el señor, no me lo merecía como mujer”, se oye a la alcaldesa en un audio que fue difundido ayer mismo.
En esa grabación Ríos Delfín deja el testimonio de la amenaza que Cisneros le hizo: “No te voy a regresar las armas a tu policía, tengo a tu policía desarmada, te vamos a quitar la policía, por eso te mataron a tu comandante porque tu policía está mal”, y la edil se quejó de que “nadie me da respuesta”.
A ella, Cisneros la dejó en indefensión policíaca. “Ni le busques porque las armas (para la policía) no se te van a regresar. ¿Quieres hablar conmigo?, nos vemos el martes a las 12 del día, yo te recibo”, le dijo y, precisamente -ese día de la citra – por la mañana un comando armado llegó a su domicilio, la ‘levantó’ para inmediatamente asesinarla y abandonar su cadáver en un paraje. Casualidad peligrosa, ¿no creen?
A la alcaldesa Florisel Ríos no solo le desmantelaron su policía municipal sino también la Fiscalía del estado promovió órdenes de captura contra funcionarios del ayuntamiento y contra su esposo que se desempeñaba como presidente del Sistema DIF municipal, mismo que logró darse a la fuga. En el caso Jamapa la zarpa de los carteles se mezcló con el hostigamiento gubernamental y ese coctel terminó en un asesinato que lleva ambos rasgos, el político y el del crimen organizado.
El homicidio de la alcaldesa de Jamapa se perpetró a unos días de que García Jiménez presente su segundo informe de gobierno el cual tendría como principal “logro” haber abatido los índices de inseguridad en un 60 por ciento -como lo ha anticipado previamente- y que la entidad ya está pacificada a dos años de gestión como lo había prometido. Se le fastidió el discurso.
Ayer, como si de una obra de teatro muy exhibida se tratara el gobernante en turno rodeado de dos personajes de la misma opereta, la fiscala Verónica Hernández y su secretario de Gobierno, Cisneros Burgos, repitió la misma cantaleta: “no habrá impunidad…daremos con los responsables…nadie está por encima de la ley y se hará justicia caiga quien caiga”, lo mismo de siempre. ¿Alguien lo cree?
Lo más seguro es que criminalicen a la víctima y monten un escenario para resaltar el tinte político sobre los asuntos del crimen organizado, desliguen al cavernícola Cisneros y todo termine en impunidad. Como dice el clásico: al tiempo. Por lo pronto y a punta de cachetadas, la realidad le tumbó a Cuitláhuac García la pancarta que iba a presumir el próximo domingo.
NOVIEMBRE DE BALAS
Con el homicidio de Ríos Delfín suman siete alcaldes en funciones o electos abatidos en la última década. De ellos, tres son mujeres pues además de las alcaldesas de Jamapa y Mixtla de Altamirano, durante el duartismo fue ‘levantada’ y asesinada Marisol Mora Cuevas de Tlacojalpan en junio del 2012. Antes, en el 2011 también en la era duartista el presidente municipal de Tampico Alto, Saturnino Valdez Llano fue secuestrado y su cuerpo nunca apareció -aunque hubo la versión de que le localizó en un basurero de Tampico, Tamaulipas-.
Antes de concluir la fidelidad, en noviembre del 2010, un grupo de sicarios secuestró y asesinó al edil electo de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete. En junio del 2013, Gerónimo García Rosas, edil de Aquila fue muerto a balazos y en noviembre del 2017, ya bajo el gobierno yunista, el munícipe electo de Hidalgotitlán, Santana Cruz Bahena fue victimado en su domicilio. Vaya, de los siete crímenes tres se cometieron en noviembre. Parece que a los atacantes les agrada ese mes para matar ediles.
El asesinato con tintes políticos y del crimen organizado de la presidenta municipal de Jamapa sucede a un año de que en Medellín de Bravo fue ultimado el diputado local y líder cenecista, Juan Carlos Molina Palacios, el 9 de noviembre del 2019, y cuya investigación es un desgarriate pues en septiembre pasado se dijo que habían capturado al presunto autor en Guanajuato, pero luego trascendió la versión de que no lo es y todo es parte de un montaje para hacerlo pasar como ‘chivo expiatorio’.
Imagen e información de NOTIVER