OPINIÓN | Alan Sayago Ramírez | 21 de marzo, 2021 |
= Una carrera contrarreloj, así podría describirse el desarrollo de la vacuna para la población mundial contra el coronavirus y poder recuperar la normalidad lo más rápido posible, parece muy lejano ese 9 de noviembre del 2020 donde Albert Bourla, CEO de la farmacéutica Pfizer, menciono en una conferencia “Hoy es un gran día para la ciencia y la humanidad” en ese momento anunciaban los resultados de la vacuna para prevenir el COVID-19.
Poco a poco medios nacionales, regionales y locales, así como líderes de opinión de todos los sectores, incluyendo figuras públicas digitales, fueron los que cuestionaron ¿cómo sería la logística para la convocatoria y vacunación para los más de126 millones de habitantes en México?
México empezó la vacunación contra el COVID-19 el 24 de diciembre (Navidad), fue el primer país en América Latina en aplicar las vacunas, esta estrategia empezó por los médicos que atienden a pacientes con COVID-19, después del 14 de febrero los mexicanos mayores de 60 años empezaron a ser vacunados contra el coronavirus.
Fue hasta el 5 de marzo donde el gobierno del estado de Veracruz anuncio que estaba por empezar en las grandes ciudades del estado la 2ª Fase del plan nacional de vacunación, donde se vacunarían durante siete días y en orden alfabético, es decir, empezando por la primera letra del apellido paterno de los beneficiarios.
La logística empezó desde el día 11 de marzo, se recibieron las 51 mil 675 vacunas de la farmacéutica Pfizer en la Base Aeronaval de Las Bajadas, en el municipio de Veracruz. La convocatoria para la población adulta mayor de 60 años y más del municipio de Xalapa empezó desde el 13 y terminaría el 22 de marzo.
Como sucedió en el puerto de Veracruz se instalaron diferentes módulos a lo largo de la ciudad, la Atenas veracruzana tuvo 13 módulos los cuales los más aglomerados fueron el Olmo y el Estadio Xalapeño Heriberto Jara corona. La logística de esta operación se veía extraordinariamente compleja debido que experiencias recientes en la implementación de vacunación, destacaban en particular la insuficiencia de vacunas contra el sarampión, la tuberculosis y el papiloma humano, y la escasez reciente de vacunas contra la influenza.
Un gran ejemplo es el sarampión donde los datos del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) muestran que del 1 de enero y el 2 de abril de 2020 se notificaron 1364 casos probable de sarampión en él país, de los cuales 124 se confirmaron por laboratorio, 991 dieron negativo para la enfermedad y 328 siguen siendo objeto de estudio.
Era precisamente esa incertidumbre sobre la logística de la vacunación que provoco que cientos de ciudadanos pasaran por alto las recomendaciones de autoridades, muchas personas pasaron la noche en las calles con temperaturas de 14 grados, nieblas y lloviznas para ser los primeros en vacunarse, debido que Xalapa es una de las regiones donde hay más contagios y muertes por COVID-19 en el estado.
La ciudad se enfrentaba al desafío de vacunar a la mayor cantidad de adultos mayores en el menor tiempo posible, parecía una tarea titánica debido que las vacunas eran una esperanza para poder salvar a muchos xalapeños del contagio o la muerte. El gran trabajo y la coordinación entre los tres niveles de gobierno, fue fundamental para el despliegue de la vacunación en la ciudad, a pesar de que en los primeros dos días contaron con algunos imprevistos técnicos.
El gran desempeño que los servidores de la nación, médicos, enfermeras y policías municipales provoco que algunos voluntarios llevaran comida y música a los centros de vacunación en Xalapa. Recordemos que desde los años 80 del siglo pasado, nuestro país había alcanzado muy altas coberturas de vacunación y contaba con uno de los esquemas de inmunización más completos del mundo.
Hoy tenemos que seguir el ejemplo de algunos países como el de Chile que se ha convertido en el país campeón sudamericano y latinoamericano en la vacunación contra COVID-19 y está entre las primeras cinco naciones que lideran la inmunización contra el virus, debido a un sólido sistema de vacunación que cubre la totalidad de su territorio.
Poco a poco se debe acabar con un desorden provocado por la pandemia y la corrupción en las instituciones, tanto de servidores públicos y ciudadanos. México siempre tuvo buenos resultados en la inmunización, eso se puede ver desde1991 cuando se creó el Consejo Nacional de Vacunación (Conava) la cual fue creada como instancia de coordinación y consulta, cuyo objetivo principal era promover, apoyar y coordinar las acciones de las instituciones de salud de los sectores público, social y privado, con el fin de controlar y eliminar las enfermedades transmisibles mediante la vacunación universal, dirigido a la protección de la salud de la niñez.
No deja de ser irónico que la ciencia venga al rescate de México, debido que actuó rápidamente y la globalización científica se puso manos a la obra en modo de emergencia. Su objetivo era obtener en tiempo récord una hazaña nunca antes vista: una vacuna eficaz contra un virus muy letal y de características no vistas, desde hace al menos 100 años.
Me dio gusto ver a la ciudad viviendo una jornada de esperanza y felicidad, donde el esfuerzo y la coordinación que se logro entre los tres órdenes de gobierno y la colaboración de la sociedad xalapeña emociona, pero se debe hacer un llamado a la población a no bajar la guardia, a seguir cuidando a los adultos mayores que ya se vacunaron y a cuidarnos todos.
Lamentablemente, no existe una vacuna contra las políticas públicas equivocadas y una clase política que no esté a la altura en una de las tareas más esperanzadoras de los últimos 100 años. El único remedio es la exigencia ciudadana de un cambio de estrategia que rescate al país de la actual catástrofe, mientras tanto, es nuestra obligación seguir cuidándonos, sin olvidar que la letalidad de este virus es alta, y que, mientras no haya un importante número de vacunados, la pandemia no dejará de imponer sus condiciones, y los contagios y muertes andarán a pasos agigantados.
Alan Sayago Ramírez
Activista Social, licenciado en Derecho, Maestro en política y gestión pública.
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